martes, agosto 29, 2006

Tíos abuelos I: Guille, el anarquista.

Mi tío abuelo Guille era anarquista de los de verdad. En plena gloria peronista fue preso por participar de una gran huelga de los ferroviarios. Había llegado de muy joven desde las Baleares. Hace unos años tuve la suerte de visitar el pequeño puerto en el que se embarcó y lo primero que pensé cuando estuve allí fue que el hambre debió ser mucha para abandonar un lugar tan hermoso. Por supuesto Guille nunca se casó, aunque no era feo, porque como anarquista consecuente, desconfiaba de todas las instituciones, incluyendo el matrimonio y (hay que decirlo) la higiene. Su lema era: “Me baño una vez al año, lo necesite o no”. Un ecologista avant la lettre, mi tío, aunque no faltará el malintencionado que quiera ver en esta férrea convicción suya la causa de su prolongado celibato. Pero lo más impresionante era su desconfianza frente a la institución médica (hoy habría que decir la “industria”). Detestaba a los médicos y jamás pisó un hospital. Por eso, ya de viejo, cuando la familia lo obligó a aceptar una visita del doctor y éste dictaminó que era necesario realizarle una pequeñísima operación que no implicaba el menor riesgo, Guille se murió. De susto, dirán algunos. Yo digo que se murió para no dar el brazo a torcer porque era un anarquista de los de verdad.

miércoles, agosto 23, 2006

Hometown

Allí comprábamos los cartuchos y las balas, allí cargábamos bidones de nafta que alimentaban los temibles fuegos del viejo pirómano. Allí hubo un hombre que fue devorado por sus propios chanchos. Allí tenían sus tierras los ancestros maternos de nuestro ilustre ciego. Allí, hace unos días, ocurrió esto.

viernes, agosto 18, 2006

Dear Flanders

Siempre me gustó pertenecer a esta minoría. Allí donde algunos veían una enfermedad yo veía un rasgo aristocrático. Pero no me engaño: en la lista de los que comparten mi condición hay ejemplares de sobra para justificar los dos puntos de vista.

Gracias G. por el link.

lunes, agosto 14, 2006

Un secreto

Parque Lezama


Durante cinco años viví en el parque Lezama. No era yo uno de esos marineros rusos que quedaron encallados ahí. Una vez vi a uno de esos náufragos de la perestroika entrar en el almacén “La fortaleza de San Telmo” babeando y temblequeando y pude observar que tenía un enorme hueco en la cabeza rapada –había sido operado y debía faltarle medio cerebro-. Salió con una botella de alcohol medicinal (Él y sus compañeros lo mezclaban con el tetrabrick, y eso cuando había vino). Yo no necesitaba combatir la intemperie porque tenía mi cálido hogar a metros de Brasil y Defensa, pero me gusta más decir que vivía “en” el parque que “cerca” del parque, y siento que eso no es del todo falso porque pasaba muchas horas bajo la galería de tipas o cerca del Museo histórico, mirando los gatos, o bien en la galería de palmeras y maceteros que cruza el parque hacia el mirador que da a Alte. Brown. En esa galería descubrí un secreto del parque Lezama que voy a revelar ahora. Es algo así como en The purloined letter, de Poe: Las bases de los maceteros -que alguna vez tuvieron una especie de cactus parecido al aloe vera- tienen cuatro caras. En todas esas caras hay un bajorrelieve que representa a una mujer que tiene la mano izquierda sobre el pecho y la otra levantada a un costado de la cabeza. En todas menos en una. Porque una de las 128 mujeres que están representadas en las caras de los 32 maceteros del parque Lezama ha reunido los dos brazos sobre el pecho. A esa, a la distinta, yo, que no tengo fe, le pedía cosas. Los más escépticos argumentarán que yo dirigía mis oraciones al resultado de un error o acaso de una broma de uno de los obreros que hicieron la última restauración. Yo no lo descarto, pero advierto que acaso ese obrero que se equivocó o que creía estar haciendo una broma pudo ser instrumento de alguna divinidad caprichosa. “No sé a qué poderes he servido”, dice un espléndido verso de Enrique Molina. Esta mañana de clima intratable fui al parque Lezama sólo para detenerme frente a la mujer que tiene los dos brazos sobre el pecho y decirle “gracias”. Yo sé bien porqué.

viernes, agosto 11, 2006

Se ve que para algo usé la cuchara...

Cuando estoy borracho actúo como si estuviera sobrio.
Cuando estoy sobrio actúo como si estuviera borracho.
Así me va.

miércoles, agosto 09, 2006

Superchería

La verdad es esta: trabajo más por superstición que por dinero.

martes, agosto 08, 2006

L'Inferno

1-Anoche soñé que me atacaba una bandada de murciélagos albinos, pero no fue una pesadilla porque yo no tenía miedo.

2-Esta mañana recibí este mail:

Carissimi alunni,

il proposito di questa mail è soltanto ricordarVi che la lezione di mercoledí, l'anticiperemo martedí ... agosto dalle ... alle ... nell'aula ... del ... piano.
Vi chiedo di portare l'Inferno. (Les pido que traigan el Infierno)
Cordiali Saluti.

X.

Tuve que reprimir la enorme tentación de responder:

"Io L'Inferno lo porto sempre con me. Grazie."

lunes, agosto 07, 2006

Su sueño me quema todavía

Manuel Castilla es muy conocido por ser el autor de las letras de temas folklóricos muy populares como "La pomeña" o "Balderrama". Pero su obra poética también tiene maravillas como esta:

Niño dormido en un mercado

He visto un niño colgando del techo de un mercado
En Santa Cruz de la Sierra, en Bolivia.

Dormía en su cuna de lona
Entre el chillido verde tierno y hediondo de los
Monos,
Entre ramos de acelgas arrugados,
Entre los mágicos y desnudos cuerpos humanos de
Las zanahorias
Junto al pan hebroso y blanco de las mandiocas.

Ahora lo recuerdo
Su sueño me quema todavía
Con la leche apurada que le daba su madre,
Con el pico crepuscular de los tucanes
Que lo hubieran tragado como a un tamarindo.

El niño era una semilla preñándose en la lluvia
Sin saber si iba a ser una flor o una lechuga.



. Manuel Castilla, Esta tierra es hermosa.

jueves, agosto 03, 2006

Fear not, dear friend, but freely live your days

Fear not, dear friend, but freely live your days
Though lesser lives should suffer. Such am I,
A lesser life, that what is his of sky
Gladly would give for you, and what of praise.
Step, without trouble, down the sunlit ways.
We that have touched your raiment, are made whole
From all the selfish cankers of man's soul,
And we would see you happy, dear, or die.
Therefore be brave, and therefore, dear, be free;
Try all things resolutely, till the best,
Out of all lesser betters, you shall find;
And we, who have learned greatness from you, we,
Your lovers, with a still, contented mind,
See you well anchored in some port of rest.

R.L. Stevenson

Stevenson era un narrador genial, un poeta delicado, pero sobre todas las cosas era un gran tipo, muy querido por sus amigos. Yo también lo quiero. Es sin dudas una de esas personas a las que me hubiera encantado conocer. Me hubiera gustado ser su amigo. El pulso de sus obras me hace bien.
Yo no soy un justo, pero también agradezco que en la Tierra haya Stevenson.

Update:

Y pongo otro, de guapo que soy:

Some like drink
In a pint pot,
Some like to think;
Some not.

Strong Dutch cheese,
Old Kentucky rye,
Some like these ;
Not I.

Some like Poe,
And others like Scott,
Some like Mrs. Stowe;
Some not.

Some like to laugh,
Some like to cry,
Some like chaff;
Not I.