Justo cuando la señora estaba por informarnos sobre el valor del granito entraron tres hombres y preguntaron por una urna. “¿Para qué?” preguntó la señora. Ni el más joven ni el más viejo respondieron. “Para cenizas” dijo el tercero. La señora entonces les fue señalando todos los modelos mientras decía los precios. “40, 50, 100”. Pero el precio no era el problema. El problema era el tamaño “porque va a ir al panteón de actores y es muy chico el espacio que hay”. “Llevelá” dijo la vendedora “Llevelá y la prueba. Si no entra me la devuelve. Eso sí, tiene que ser ahora porque una vez que le pone las cenizas ya no le puedo devolver el dinero”. Casi sin parlamentar los tres hombres decidieron ir a probar con dos urnas distintas. “Le dejo un documento” dijo el portavoz del trío de deudos. “No, no” dijo la mujer “no se va a ensuciar por una urna. Vaya y después me la trae”. Los hombres salieron en silencio y cruzaron la calle hacia el cementerio.
“¿De qué color son los muebles de la cocina?” preguntó la mujer.
jueves, abril 12, 2007
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6 comentarios:
Má bien uno puede llegar a ensuciarse con una urna de cenizas. Una vez mi padre tuvo que trasladar una de un cementerio a otro, y al sacarla del baúl de su auto, salió un especie de líquido asqueroso.
Por otro lado qué bueno que siga existiendo gente que confía en la gente.
salutti tacts
quén no se afanó una urna che
habrán vuelto?
C.C.: quien no se ..... un pendejo?????
Nunca + acertyado un blog. Al otro dìa de que usted escribiera esto falleciò mi suegro.
Marina: ¡Ugh!
Carissimo: Para no hablar de "la gran Keith Richards"...
Sol: Yo creo que sí. Tal vez no por culpa sino por temor a una maldición del muerto...
Androcles: Le mando un abrazo y me alegra que me haya respondido mis mails.
Ariel: Muchas gracias.
Salió liquido de la urna?
puaj...
y es cierto hay de todos tamaños.
Serán que los gordos cuando los creman lagran más cenizas?
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