lunes, febrero 27, 2006

"mm"

El viernes fui al cine a ver Good Night, and Good Luck, la de Clooney. Me gustó. Y hubiera podido disfrutarla más si no se hubiera sentado a dos butacas a mi derecha esta parejita algo ruidosa. A la chica la absuelvo, ya bastante duro debe ser convivir con un idiota, y para colmo un idiota con un hábito irritante: a cada momento de la película emitía un breve pero sonoro "mm" que no era de sorpresa ni de aceptación, era un "mm" estrictamente fático, como si los actores necesitaran constatar que el muy idiota seguía allí, atento a sus dichos y acciones, para poder continuar. Una forma seria de narcisismo, si me piden que arriesgue un diagnóstico.
Acaso el muy megalómano pensara que la película, la sala a oscuras, los corazones de los espectadores, y en fin, el universo entero se detendrían sin sus malditos "mm".

"mm"

"mm"

"mm"

"MM"

"MM"!!!!

Llegó un punto en que lo entré a mirar con ganas de agarrarlo del cuello, arrastrarlo hasta el pasillo y arrojarlo escaleras abajo. Pero no lo hice porque no quería dejar de ver la película y porque si lo hacía seguro que todos se iban a molestar conmigo por el ruido y la interrupción. Así de injusto es todo.

viernes, febrero 24, 2006

El problema del tránsito

El problema del tránsito no es el impotente que usa la bocina con frenesí masturbatorio, ni la señora que maneja a dos por hora por la izquierda, erguida y con las manos juntitas sobre el volante como un suricato en posición de alerta, ni el tachero que va despacio, todo bien, pero si te abrís para pasarlo acelera, ni esos otros, odiosos, que no tienen el timing de los semáforos y vos ves que va a cortar y ellos siguen a 20 y entonces corta, claro, y a ellos les agarra el apuro y pasan y vos te quedás en rojo, rojo de ira, hijos de una gran puta, cómo los detesto.

No.

El problema del tránsito es que la gente no sabe cuál es su propia velocidad.

jueves, febrero 23, 2006

Castelli di noia (o perché non mi fai un pompino, Alessandro)

Terminé finalmente de leer una novela pésima. Si no la abandoné como aconsejaba el buen tino no fue por una dudosa disciplina de lector, sino porque la había esperado durante varios meses y porque suponía que podía al menos contribuir a mejorar mi vocabulario en italiano. Mi persistencia se vio recompensada en el último capítulo, a tres páginas del final: aprendí que "hacer una mamada" se dice en italiano "FARE UN POMPINO" . No sé cómo pude prescindir de tan vital conocimiento hasta ahora, pero a partir de este momento forma parte de mi menú de frases predilectas.

MI FAI UN POMPINO, PER FAVORE?

Y por qué no una versión menos polite:

FAMMI UN POMPINO!

PS: Un servicio a la comunidad: la novela se llama Castelli di rabbia y es de Alessandro Baricco.

miércoles, febrero 22, 2006

Historia de P.

P. era antipática y eso me gustaba. Era alta, delgadísima y muy blanca, con el gesto despectivo siempre amenazante detrás de sus ojos negros. Usaba lentes y fumaba mucho, dos cosas que siempre me dieron miedo en una mujer. Y sabía beber. Una noche (la única que estuvimos a solas) nos sentamos frente a frente en mi casa con una botella de Jack Daniels en el medio y me sostuvo el duelo de los vasos así como sostenía la mirada, solo que sin hielo. Apenas un color debajo de los pómulos. Me impresionó, pero lo cierto es que yo ya me había encaprichado con ella mucho antes. Aparentemente solo salía con perdedores, por lo que yo estaba seguro de tener una chance. Sin embargo Manantial y el Jabalí decían que ella me tenía miedo. Yo nunca lo creí, aunque es verdad que la noche del whisky salió huyendo. Tal vez debí quedarme ahí y no salir detrás de ella, porque terminé enredado en otras escaramuzas que nada tenían que ver con P. y sí con la calle y la embriaguez. Casi no volvimos a cruzar palabra. Supe poco después que no hablaba bien de mí en público, pero nunca me enojé por eso. Mi gratitud hacia las mujeres me previene de tales molestias.
Todo aquello fue en el siglo pasado y aunque suene poco creíble, me había olvidado por completo de ella. Acabo de verla en la calle. Simulé que iba a cruzar, no tanto para no saludarla como para poder observarla tranquilo. Está más gorda. La vi correr como una señora mientras cruzaba Rodriguez Peña.

martes, febrero 21, 2006

¿Es posible...?

Ah, Manantial, amigo... ¿Será que si nos quitan la desesperación nos lo quitan todo? Porque yo cada tanto me sorprendo preguntándome por ejemplo cosas tales como adónde se volaron mis vampiros.

lunes, febrero 20, 2006

Margarito rules

Se ha sumado un nuevo pergamino a la gloriosa campaña de nuestro homónimo.

jueves, febrero 16, 2006

La haine

"Cuando era chico creía que odiaba a todo el mundo. Luego crecí y descubrí que odiaba solamente a los niños". (Philip Larkin)



Muy ingenioso, pero yo detesto a todos por igual.

martes, febrero 14, 2006

Jonah he lived in a whale

Después del desayuno me tomé un relajante muscular para combatir una terca contractura en el cuello, me tiré en la hamaca paraguaya del balcón y me armé un cigarrillo. Mientras miraba la quieta franja de cielo y el humito, empecé a pensar que estaba adentro de una gran boca que de un momento a otro se cerraría y yo ya no volvería a ver el cielo ni el humito ni el mundo. Allí tendido, creo que no lo lamentaba mucho.

Llamado a la solidaridad

En este post ya lejano alguien dejó el siguiente comment:

"Anonymous said...
Soy una fanática de Manolo Galvan, pero últimamente no he tenido noticias de él. ¿Podría alguién ayudarme y darme alguna información?. Eternamente agradecida. Teresa.Mi correo es:
tvargas@sodexho.cl "

¿Qué representan un gesto, un dato, una seña frente al agradecimiento eterno de una melómana desesperada? Vamos, si saben algo de Manolo no se lo guarden para ustedes solos... Yo no puedo ayudarla, de Manolo sólo sé que esa coleta de caballo no le quedaba del todo bien...

lunes, febrero 13, 2006

Dichos populares. Hoy: Colorado como bragueta de ladrillero.

Hacia fines del siglo XX estuve un tiempo prisionero y fui mano de obra esclava en un horno de ladrillos (No doy los detalles para evitar una fácil desmentida, como diría Artaud).
Nos mandaban a un campo regenteado por un señor aindiado, arrugado y bajito que nos maltrataba sistemáticamente y tenía un rostro muy dramático: Pocas veces vi tanto desprecio en una cara, y eso que he visto mucho. Nuestra tarea consistía en cargar pilas de ladrillos de barro desde un costado del pisadero hasta el horno y del horno hacia otro lugar en el que almacenaban la producción. Las pilas eran bastante altas y para transportarlas había que entrelazar las manos debajo del primer ladrillo y apoyar toda la pila contra el cuerpo para evitar que se cayeran al suelo con el movimiento de los pasos. Después de un rato, la cintura te quedaba a la miseria y la bragueta, colorada por el roce de los ladrillos. No está bueno ser un esclavo, sin embargo les estoy muy agradecido a mis verdugos porque gracias a ellos adquirí las competencias necesarias para entender el dicho popular que nos ocupa hoy.

viernes, febrero 10, 2006

Let me look back upon thee. (William Shakespeare, Timon of Athens, Act IV. Scene I)

Reborn, no me gusta lo que veo. ¿Por qué me llevan los demonios? Un verso de Trakl: "Es a veces el alma un extraño en la tierra". Demasiadas veces, Georg.
El médico (¡el médico!) me dice que tengo corazón de atleta, lo que quiere decir que necesita latir pocas veces por minuto para mantenerme vivo. Los médicos no son consecuentes: si "pie de atleta" significa hongos en los pies ¿Por qué "corazón de atleta" no significa hongos en el corazón? Un verso de Trakl: "Arañas buscan mi corazón". Demasiadas arañas, Georg. Demasiadas arañas para tan pocos latidos.