jueves, diciembre 29, 2005

Aventura de un apremiado...

Tengo este amigo al que no puedo mencionar porque esa es la condición que me autoriza a contar su aventura de escatológico carácter. Los hechos fueron los siguientes: mi joven amigo se encontraba en la plaza las Heras –escenario extremadamente distante de su hogar- y, presumo, en un horario digamos que inconveniente, al menos para las tristes acciones que con pertinaz porfía sus entrañas reclamaban, pues el McDonald y el ibérico bar “El Ruiseñor” hallábanse cerrados como culo de muñeco. Ya comenzaba mi amigo a envidiar la suerte del muñeco, cuando la desesperación le hizo concebir un proyecto audaz. Buscó con la vista el árbol más accesible y trepó hasta camuflarse entre la copa. Una viril intimación le impidió aligerarse de su penosa carga: - ¡Bajate de ahí pendejo o te bajo de un cohetazo! Desde su privilegiada posición mi amigo pudo advertir los cuerpos asaz regordetes de dos agentes de la policía federal. A la inocente explicación que escucharon desde la copa del árbol -atónitos como Moisés frente a la zarza-, uno de los agentes inquirió: ¿Pero con qué te estás dando, nene?! Los policías intentaron entonces trepar al árbol, pero su torpeza o sus barrigas no favorecían la empresa. Frustrado en su intento de evacuación y acaso secretamente apiadado del bamboleante espectáculo de los servidores públicos, mi amigo descendió de su refugio. Contaba con el fracaso de las palabras, de nada le servirían para que no lo llevaran detenido. Apeló a las pruebas para tratar de desarmar el escepticismo policial y salir bien librado de la enojosa encrucijada. Y así fue: sólo cuando les mostró el papel higiénico lo dejaron ir.

miércoles, diciembre 28, 2005

I'm only sleeping

"Everybody seems to think I'm lazy
I don't mind, I think they're crazy
Running everywhere at such a speed
Till they find, there's no need

Please don't spoil my day
I'm miles away
And after all
I'm only sleeping"

Tengo este tema de Lennon en la cabeza desde la mañana. Quisiera tocarlo, tocarlo y volver a tocarlo, que es lo que hago normalmente para exorcizarme (aparte de dispararle a botellas en mi mente). Pero el índice de mi mano izquierda es una usina de dolor y sencillamente no puedo.

martes, diciembre 27, 2005

Ponzoña navideña

El 25, mientras podaba una palmera miserablamente armado con una cuchilla de cocina, me traspasé el índice con una de las púas de la maldita planta. Seguí podando como si nada porque soy un hombre. Después de almorzar partimos. Manejé 200 Km. y cuando bajé de la Gral. Paz y solté el volante, el dedo latía, dolía como el demonio y estaba tan hinchado que no podía volver a doblarlo. La muy jodida palma se defiende con ponzoñosas púas. Y ahora aquí estoy, sin poder escribir, ni tocar, ni meterme la mano en el bolsillo. Todo por hacer un trabajo que les correspondía a otros. Feliz navidad y la gran puta.

viernes, diciembre 23, 2005

Profesores

El profesor de filosofía: Una noche, cuando era joven, al comienzo de los 70’, se encerró en su cuarto y puso un disco de Wagner en el Winco. Cargó el revolver y subió el volumen al máximo. La emprendió a balazos contra las paredes hasta vaciar el tambor mientras simulaba la retreta nazi. Lo conocí muchos años después, estaba frustrado porque la mujer no le entregaba el culo.

El profesor de literatura: Una noche, cuando era joven, al comienzo de los 70’ subió hasta la terraza del edificio más alto de Rosario. Todavía se percibía el río entre la penumbra. Se acercó al borde y se paró sobre la pequeña pared que limitaba el vacío. Hamacó su cuerpo por un rato. No cayó. O acaso todavía esté cayendo.

miércoles, diciembre 21, 2005

Could you try not aiming so much?

Desde muy chico fui buen tirador. Mi abuelo llevaba las armas en la camioneta y cargaba en la caja una heladerita de telgopor llena de porrones de cerveza que comprábamos al por mayor. Ya en la ruta, fuera del alcance de los “zorros grises”, yo me pasaba del lado del conductor y manejaba hasta el campo. Después del trabajo, que era siempre diverso, destapábamos unos porrones y, una vez vacíos, los acomodábamos sobre un tronco o sobre un cerco y preparábamos las armas, las largas y las de puño. Mi abuelo me contaba sus anécdotas de los años veinte cuando se agarraban a los tiros con los conservadores y otras cosas como aquella vez que enterró las armas en el jardín. Mientras, yo hacía estallar las botellas ambarinas una por una. Nunca me gustó matar, prefería disparar sobre objetos inanimados (aunque matar con el cuchillo y carnear un animal nunca me molestó). Siempre sospeché que el indudable rasgo aristocrático de ser zurdo representaba una ventaja para la puntería. Más tarde, esa habilidad me hizo ganar el respeto de los miserables de los que el azar quiso que dependiera mi suerte. A la hora de armar y desarmar el fusil o la nueve con los ojos vendados también estaba entre los mejores. Me tocó caminar frente a una docena de caños apuntándome y ver y escuchar los rebotes de los proyectiles levantar la tierra sobre mi cabeza. Yo solo sentía desprecio, pero las armas no dejaron de gustarme. Hace cientos de años que no empuño ninguna, sin embargo, en los días difíciles continúo reventando botellas en el interior de mi cabeza. Y si me concentro lo suficiente, la terapia funciona.

lunes, diciembre 19, 2005

Mapa de mis humillaciones

Sábado a la noche. Casamiento en country. La recepción ofrecía vino tinto y vino blanco. Que quede claro: Un casamiento sin champagne y sin whisky desde el primer minuto es para mí como una cirujía sin anestesia. Para colmo aparece este salsero nazi con su camisa brillosa a ordenarnos obediencia a sus horrores profesionales. Nunca, pero nunca, asistí a una escena más humillante. Y para colmo sobrio, pues todo el vino era poco para tan ardua empresa.
El domingo sólo salí de la cama para ir comprar medialunas.

viernes, diciembre 16, 2005

"Tuya es la soledad, tuyo el secreto"

Está acostada a mi lado sobre el enorme sillón blanco. Ahora se estira y "despereza el músculo alevoso" como aquel tigre metafórico. Ella es tan blanca como el sillón, apenas unos ojos celestísimos y redondos contradicen el camuflaje. Estamos solos. Nos miramos en silencio un instante, una rápida constatación de la vigilia. Entonces algo atrae su atención a mis espaldas, puedo ver sus ojos seguir un movimiento. No me doy vuelta, no se sacia todavía mi curiosidad en su mirada inquieta. Será un bichito -pienso- alguna mosca. Finalmente giro la cabeza seguro de confirmar mi hipótesis, pero no hay nada. Nada se mueve a mis espaldas, nada camina por la pared, nada vuela. Vuelvo a mirar sus ojos celestes. Continúan atentos a un movimiento invisible. Reprimo la tentación de preguntarle qué mira por no romper el hechizo del momento, pero vuelve a estirarse, se acuesta y cierra los ojos.

Ahora estoy seguro: los gatos ven fantasmas.

jueves, diciembre 15, 2005

Problemas


Se me terminó el jack daniels y a la botella de caña Ypioca le quedan unos pocos besos más. Necesito un golpe de suerte.

miércoles, diciembre 14, 2005

Monstruo

Como todo monstruo, soy bastante cándido.

martes, diciembre 13, 2005

Martes 13

Hoy no solo es martes trece, sino que para colmo me topé con un cartel publicitario en la Avda. Santa Fe que mostraba las caras de Manolo Galván y de una cantante cuyo nombre no es conveniente mencionar porque dicen que trae mala fortuna (Nombre que tiene que ver con cierto fenómeno climático). "Inolvidables" decía el cartel... Tengo mucho miedo.

lunes, diciembre 12, 2005

Honesta pregunta

¿Quién es más narcisista? ¿Él, que habla y habla y habla maravillas de sí mismo y de todo lo que hace hasta hacerme sentir vergüenza ajena, o yo, que en mi horror a dejar la menor huella callo y callo y callo obstinadamente y me opongo a que mi nombre figure en algún lado?



Yo creo que yo. Pero nunca estaré seguro.

viernes, diciembre 09, 2005

Conversación telefónica

Bs.As. jueves 8 de diciembre 01:00 AM. Un pequeño gato encaramado a un árbol maullaba desesperado porque no podía bajar.

Bombero: -No, no es ninguna estupidez, señorita, pero usted entenderá que a esta hora un bombero no puede arriesgar su vida por un gato. Llame después de las ocho.

viernes, diciembre 02, 2005

Aunque no tenga 17... (L'air est parfois si doux)

Hoy, recién hoy, descubrí que en la cuadra de mi futuro nuevo hogar hay tilos. Esta mañana cuando salí a la calle luego de pintar de rojo mate mi morsa Nro.3 me sorprendió ese inconfundible y penetrante aroma. Y se me metieron por la nariz estos versos, así como cuando los leo o los escucho respiro el dulce olor de los tilos verdes aunque sea invierno y el tilo más cercano esté en Saturno.
Esta mañana fui feliz.