lunes, agosto 06, 2007

Lo qu'hirve le echa el arroz

Están estos zapatos puntiagudos, que me dicen que se llaman "stiletti" -pero yo creo que es una confusión, porque dicho nombre alude acaso más al taco que a la punta-, y que se pueden encontrar en los pies de algunas mujeres con solo bajar la vista en la calle, en el subte, en los pasillos. Bueno, me deprimen. He estudiado el asunto intensamente, con plena conciencia del campo minado que huellan mis indagaciones. La precisión se impone, ser un freak también requiere una ardua disciplina espiritual. Es cierto que no hay nada que a la larga no me deprima, pero el efecto de este tipo de calzado es invariablemente inmediato. Ni el entusiasmo más inusual resiste frente a la presencia de una chica, señora o señorita, pertrechada con estas hiperbólicas púas vacuas y pedestres. Es como si se me clavaran en el pecho. La primera reacción es defensiva: desvío la vista. Después, sobrepuesto al primer espanto, vuelvo a buscar la fuente del horror. Decía que he pensado mucho en esto, sin resultados satisfactorios. Pero hace una semana, después de un viaje en subte junto a un par de botas de esta especie, creo he dado con la punta del ovillo. Mi primer tanteo me condujo, de la mano de un poeta español ("Por tu pie, la blancura más bailable/donde cesa en diez partes tu hermosura"), a la idea de la impostura, pues aquí cesa el pie, pero no cesa el calzado. Sin embargo, eso no era suficiente, porque el argumento también vale para el taco y para cualquier otro truco (Trucco, en italiano define tanto engaño de un mago como el maquillaje) Y yo en general no tengo nada contra el artificio, más bien al contrario. Tenía que haber algo más. No se trataba de la impostura en sí, sino de un tipo particular de impostura. Cuando comentaba mi fracaso con mi mujer, en mi desesperado discurso se coló una frase reveladora: "No sé, son como los zapatos de un payaso". Me escuché decirlo y me enamoré de la idea. ¿O acaso hay algo más deprimente que el circo, por el amor de Dios? ¡Es eso, es eso!¡Tiene que ser eso! concluí. No sé si he llegado a una verdad significativa de las profundidades de mi ser. Poco me importa. Lo que es impagable es que ya no temo el acecho de los malditos "stiletti". Y que me ahorré la terapia, obvio.

26 comentarios:

Roedor dijo...

Me mataste con el texto en francés... Voy a tener que dedicarle algunos minutos. Me las rebusco pero es merecedor de más atención.

En cuanto a los zapatos en sí... buena aproximación. A mí me desagradan porque da la sensación que la fémina calza 42 con su metro sesenta y pico o algo así, y eso me impresiona. Aunque una vez tuve algún contacto con una dama con estatura cercana a 1,80m y que calzaba 40, y honestamente no desentonaban (los pies, no los zapatos), además de garantizar la salud de su columna vertebral.

Ruth dijo...

Todo depende de la altura de la señorita. Si es enana, olvide los zapatos puntiagudos. Yo no los uso, suficiente con mi 39 para andar payasesqueando por ahí; eso sí, unos tacos nunca son de despreciar.

Roedor dijo...

De todos modos, eso de los stillettos (usted es culto, por eso usó el plural con la "i") me hace acordar a los "blogs de minita" a los que hacía referencia Minerva hace un tiempo.

Es todo muy frívolo, ¿vio? Y sho estoy para cosas importantes.

Jaramillion dijo...

Desconocía el nombre, pero ahora puedo hablar con propiedad: los stiletti me desarman la voluntad. Un completo vacío de sentido se me abre cuando veo a las chicas de siempre ataviadas en ese calzado infame. ¿Qué es esto? ¿La italianidad han acudido al salvataje de la seducción? ¿Sobre qué extraño engranaje han venido a acoplarse esos zapatos puntiagudos para connotar femeneidad? Porque claro, debo confesar que mi reacción es muy distinta de la suya, Margarito. A mí me calienta esa forma fálica, quizá, esa idea a la que me empujo de pensar en la portadora desnuda en una cama, apuntando los stiletti al cielo, buscando una divinidad que en su interior jamás llegarán a encontrar.

Ahhh... posmodernidad.

Su blog camina de acá a la China.

Jack Celliers dijo...

Yo creo que se trata simplemente de mal gusto. Bah, de un gusto que a mí me parece espantoso por lo menos.

Pero ya que estamos en tren de elaborar onda teorías, ¿viste? Yo creo que las mujeres que se ponen eso tiene invariablemente una cara que - lamentablemente - no desentona. Esa cara de la que se resigna a cualquier cambio de la moda y que siempre está con lo último.

Y ya sabemos: nada más viejo que lo último.

mer dijo...

Ufff, horribles los zapatos puntiagudos.

"Es cierto que no hay nada que a la larga no me deprima, pero el efecto de este tipo de calzado es invariablemente inmediato." I love you, Almirante.

la vasquita dijo...
Este comentario ha sido eliminado por el autor.
la vasquita dijo...

Ay, a mí también me deprime el circo. Ahora entiendo por qué no me gustan los stillettos (i) ni jamás me compré un par. http://imagenes.acambiode.com/img-bbdd/zancos.jpg
(¿ahora anda el enlace?)

Gracias, Almirante. Muchas gracias.

Almirante Margarito dijo...

Roedor: claro, la corta estatura agrava seriamente el efecto. En cuanto a lo de "blog de minita" creo que mis persistentes limitaciones me impiden cumplir con toda la normativa del género. Una pena.

Minerva: Cierto, los tacos jamás deben ser despreciados.

Jaramillo: ¿Posmodernidad vendría a ser aquello que habilita la mezcla del "stiletto", la catedral gótica, el psicoanálisis y las pasiones eróticas?
Y gracias por el cumplido.

Jack: qué tema. En el post evité establecer toda relación entre los zapatos y sus portadoras (aunque creo que tengo una opinión). Mejor pasar por loco que ofender a alguna señorita. Pero se ve que ud. es más audaz.

Vasquita: Leí en un libro que el circo nos deprime porque somos "burgueses" (Parece que en la década del 20 ese era el peor insulto que se le podía decir a alguien). A cada cual su horror.

Almirante Margarito dijo...

Mer: Señora, qué gusto verla por acá. Menos mal que no usó unos "stiletto" en el casorio...

Satamarina dijo...

Tacts, este post es genial, genial...sobre todo por la frase que rescató la sra de más arriba.

SALUDOS, a domani

mer dijo...

No sabe lo difícil que es conseguir zapatos "de novia" que no tengan esas horribles púas. Es, de hecho, imposible. Tuve que hacerme los zapatos a medida en un sórdido local de Burzaco. Tanto lío para un par de zapatos que nadie ve, en fin, quién me manda.

La condesa sangrienta dijo...

¡por fin un sitio donde poder odiar a los "stiletti" y al circo en la misma proporción sin tener que explicar o justificar.
Gracias Margaret.

Jack Celliers dijo...

Eso de que el circo deprime a los que son "burgueses" es novisimo para mi... Se me hace que Ud. esta leyendo demasiados ensayos marxistas Margarito.

Del Circo Como Manifestacion del Protoarte Proletario, me gusta, me gusta!

A Ud. no le gustan los stiletti porque es burgues, señor. Por eso.

Almirante Margarito dijo...

Marina: Gracias. Saludos.

Mer: Los zapatos de novia deberían ser descartables ¿No?

Mrs: Bathory: Ah, sí, pase, no se quede con las ganas.

Jack: Lo del libro era broma, pero lo he escuchado decir, se lo juro. ¡Hay cada gaucho en la pampa!

Roedor dijo...

Las novias deberían ser descartables.

Anónimo dijo...

hay perdoname no me conoces y yo no te conozco pero estaba buscando en google "you have killed me" y me salio como resultado tu blog y lei que en su momento no podias parar de cantarla...

Bueno, te preguntaras porque te cuento esto, es que tengo una duda... entendes la letra?? osea se ingles pero estas son mis dudas:

1ro Tanto Pasolini como Visconti son directores de cine. Pasolini dirigio la pelicula "Accattone" y Visconti dirigio "Siamo Donne" en donde trabaja una actriz llamada Magnani... ahora a donde intenta llegar la cancion cual es el mensaje de eso??? que tienen que ver esos directores y esas peliculas con el resto de la cancion??


2do siguiendo la misma linea que tiene que ver Piazza Cavour con what's my life for??? no es un lugar turistico ese??




Bueno si sabes las respuesta o alguna de las dos te pido por favor que me contestes porque se me esta quemando la cabeza con ese tema


desde ya Gracias!!!

Roedor dijo...

Creo que no sólo con ese tema se te está quemando el bocho...

la vasquita dijo...

Sabía que lo de ser burgués tenía que ser una broma, ya que lo único que no me deprime del circo es la cuerda floja.

Jack Celliers dijo...

Depende del circo me parece. Hay cosas abominables como los payasos y los pobres animales. Pero los acróbatas son superhéroes. Por eso me gustan los circos chinos o el Cirque du Soleil.

Un sueño recurrente es que uno de los de la pirámide humana estornuda y yo, niño, aplaudo alborozado mientras caen... caen...

el muerto dijo...

Almirante, sencillamente exelente. Como buen fetichista, me dedico casi exclusivamente a mirar los pies de las mujeres en los trasnportes publicos y hasta ahora no habia podido expresar de manera tan clara mi rechazo por semajante calzado. Y las botas altas de cuero?...ahora son Oficiales todas de las SS?
Por fin un tema a mi alcance...que tanto poeta ilaliano. saludo uno.ilmorto

Martin dijo...

Comparto el temor a lo payasesco. Pero en este caso, haciendo asociación libre se me vienen a la croqueta los zapatos de aladino. Fuera, muy fuera de contexto. Los hay también en versión masculina, pero de menor filo, y por lo tanto, menos grotescos. Pero hay algo aún peor que las chicas andan vistiendo desembozadamente por ahí. Se trata de unas calzas como de lycra que empiezan muy holgadas desde la cintura hasta la rodilla y después se achupinan. ¿Cómo describirlas precisamente? Son calzas, por lo general negras, verdes o marrones, que desde la cintura hasta la rodilla no tienen separadas las piernas, son como una bolsa enorme. Parecen enormes pañales de adulto. Las chicas andan por ahí como nenitas que se hicieron caca. Juro que las vi hasta en una milonga. Lo bien que deben quedar con los stiletti. Es ofensivo y no sólo estéticamente.

Almirante Margarito dijo...

Andy: realmente no me había planteado jamás esos interrogantes. Al menos no en los términos en que los expones tú. Simplemente me gusta la canción y las referencias que citás me resultan entrañables. Lo de plaza Cavour es un maravilloso ejemplo de como a veces una rima forzada puede ser encantadora.

Jack: Tiene suerte. A mí me deprimen todos.

Muerto: Queridísimo amigo, me halaga que abandone ud. su habitual inercia en la quietud para escribir un comentario en mi humilde distracción de los días hábiles. Y mucho más me halaga que comparta ud. mi punto de vista. Saludo dos.

Dolmancé: Sí, creo que he visto esas calzas que ud. menta, pero se ve que su efecto no fue tan punzante como para turbar mi ataraxia.

Roedor dijo...

dolmancé, usté es un pueta. Explíqueme eso de "es ofensivo y no sólo estéticamente". Da miedito sólo de leerlo, mire.

Polta dijo...

Me he topado con tal aberración en escasas oportunidades, pero insistiendo sobre el tema de analizar a las portadoras, siempre sucedió que las conocía. Haciendo ahora una espontánea recapitulación, advierto que se trata de ingenieras o estudiantes de ingeniería, quizá ansiosas de recuperar la feminidad que tantos años de estudio les han quitado.

Han fracasado.

Jack Celliers dijo...

Las calzas de las que habla Dolmance existian en los 70 creo, se llamaban Baggys, o algo asi.

Un poco mas y esto se convierte en el rincon de la moda.