jueves, agosto 30, 2007

Inventario

O, wie lange bist, Elis, du verstorben.
(Georg Trakl)


El sol sobre la huella de un camino de tierra poco después del amanecer. La bruma, el tenue velo de rocío que se evapora y destapa los potreros verdes. El polvo volando en el espejo retrovisor. El cuis fugaz y el círculo enemigo del chimango. Una tranquera que abrí y cerré y que ya no existe. Un zaino lucero que se llamaba Garufa. Mi reino en las higueras, un nogal y las manos infinitas del hombre.

Todo eso me pertenece para siempre.

5 comentarios:

Satamarina dijo...

Tactssss, piel de pollo mire.

saludos

la vasquita dijo...

Mi tranquera aún existe, y tal vez jamás la vuelva a abrir y cerrar. Una petisa mañosa y un coli leal hasta la muerte. La hamaca colgando del tronco. La marca que dejó en mi frente y que me transporta a ese atardecer cuando la toco. El sonido de los pájaros a la hora de la siesta. El camino de tierra que hospedará por siempre las huellas de nuestros pies creciendo.

tazelaar dijo...

que belleza.
la plumita surcando el cielo, para caer del otro lado de la red. eso es mio para siempre. te das cuenta de mi desgracia?

Almirante Margarito dijo...

Marina: ¿Le dio frío?

Vasquita: Fulero el hamacazo en la frente...

Tazelaar: mirá el lado positivo, al menos nunca vas a escribir cursilerías de esta clase.

la vasquita dijo...

En realidad no fue un hamacazo. Resulta que la hamaca estaba siendo colgada de la rama (no del tronco, error mío) y se cayó el martillo... rebotó en la pelada de un señor (muy cabeza dura, sobrevivió) y cayó en mi frente de siete años. A simple vista no se ve la marca, pero cuando la toco, me duele.