Hace unas pocas semanas, estaba yo en un lugar llamado -me dicen- "La castorera". Mientras daba las últimas pitadas a un cigarrillo armado se acercó un joven a mi oreja derecha y escuché su susurro entre la música vibrante: "¿Me das una seda?".
Educado y diligente como soy (¡Cálmese, Mastronardi!), le dije "Sí, cómo no" y arrojé mi agonizante cigarrillo al suelo, lo pisé para apagarlo y metí mi mano en el bolsillo de mi campera para sacar los papeles. Pero mi gesto no llegó a cumplirse interrumpido por la intervención decepcionada del joven: "¿Es tabaco??". "Sí" dije yo. "Ah, yo te había pedido una seca... Está bien, no importa, disculpá..."
Me pregunto qué habrá pensado ese muchacho cuando inmediatamente después de pedirme "una seca" le dije "Sí, cómo no" y procedí a arrojar mi cigarrillo al suelo y pisotearlo.
Según Tazelaar, que estaba allí al lado, la escena fue digna de un film de cowboys.
Todavía no decido qué título sería más adecuado, si algo como "El montaraz cabrón" o simplemente "El sordo de mierda".
viernes, octubre 31, 2008
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4 comentarios:
"El sordo de mierda" me parece un excelente nombre para un film, absurdo, que comienza con esa escena.
Colaboro en la prensa del pre estreno
Tati.
Quien dijo que boludo????????
Androcles
jaaaaaaaaaaaaaaaaaaaa!
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