miércoles, agosto 23, 2006
Hometown
Allí comprábamos los cartuchos y las balas, allí cargábamos bidones de nafta que alimentaban los temibles fuegos del viejo pirómano. Allí hubo un hombre que fue devorado por sus propios chanchos. Allí tenían sus tierras los ancestros maternos de nuestro ilustre ciego. Allí, hace unos días, ocurrió esto.
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3 comentarios:
Y muy cerca de allí se paraba usted, Almirante, en la puerta de su casa a la hora de la siesta.
Digamos que tiene su glamour salvaje, su realismo mágico, su vuelto, oficial.
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