Fue en una ciudad costera de Brasil en la que supo vivir uno de mis poetas argentinos favoritos. Yo llevaba más de un año queriendo morir y haciendo casi todo lo posible para lograrlo. Magdalena me había rescatado con su propuesta de mar y caipirinha. Nos alojábamos en una pousada frente al mar y lejos del centro. Yo sólo bebía, fumaba, leía y dormía. Una tarde decidimos ir al centro a comprar Jack Daniels. Con la botella en la mochila nos tiramos en la arena y pedimos unas caipirinhas. Yo sugerí que guardáramos los vasitos de plástico para poder hacer hielo en el mini-bar de la habitación. A la tarde, ya picados, emprendimos el largo camino de regreso por la playa. A la mitad del recorrido yo advertí que nos habíamos olvidado los vasitos y le pedí a Magdalena que nos pusiéramos a buscar algún recipiente abandonado. Y así andábamos, como dos borrachos que hubieran perdido una llave, batiendo la playa metro a metro, cuando Magdalena la vio asomada entre la arena. “¿Esto puede servir?” me preguntó, mientras sostenía frente a mis ojos un moldecito azul con forma de mariposa. Era uno de esos moldecitos de plástico que usan los chicos para hacer formas con la arena mojada. Una mariposa. Una mariposa azul. “Claro que puede servir” dije yo. En cuanto llegamos al hotel llené el moldecito de agua y lo puse en el congelador del mini-bar. Nos duchamos y pedimos la cena en la habitación. Para cuando habíamos terminado de cenar el hielo ya estaba hecho. Abrimos la botella, pusimos una alita en cada vaso, escanciamos el whiskey y nos sentamos en el balcón a ver el mar.
Todavía tengo aquel molde y, cada tanto, le pongo al Jack Daniels una mariposa de hielo.
martes, noviembre 21, 2006
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8 comentarios:
esa es la idea que tengo para mis vacaciones, sólo que voy a cambiar el Whisky por Cerveza, aunque para ud. este detalle no tenga perdón!
me gustó el relato, y las mariposas son harto románticas.
salutti tacts
=)
Qué bien escribe usted, Almirante.
Esta es una de esas típicas esperiencias ajenas que uno desea hacer propias.
Hasta le tomo cariño a esa tal Magdalena, mirá.
Quise decir eXperiencias, con equis. Pasa que el Jack Daniels con ala de mariposa ya me está haciendo efecto.
sencillamente me provoca saudades
Marina: la cerveza me gusta también, pero sin hielo.
Bater: :)
Mer: gracias.
Jaramillo: Le presto la experiencia con mucho gusto.
Carissimo: saudade nâo tem fim...
esto ya te lo dije en otra oportunidad, pero ¡qué anécdota tan maravillosa!
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