lunes, febrero 25, 2008

Satellite of love

Espiar con el Google Earth es un pobre sucedáneo del lema spinoziano que recomienda ver las cosas sub specie aeternitatis. Pero he estado vagabundeando sobre los territorios de mi infancia y de mi adolescencia como lo haría una divinidad ociosa (ocioso soy, aunque no divino). Y me he detenido sobre ciertos puntos entrañables y he descendido hacia ellos para ver más de cerca la devastación y las ruinas, aunque sería más correcto decir que a las ruinas más que verlas las he imaginado, debajo de una piadosa selva que vela (en los dos sentidos del verbo)el escenario desolado de mi infancia. Me quedo pensando en el ángel de la historia de Benjamin y me pregunto, aun a riesgo de contrariar a Baruch, si las divinidades no se sentirán también a veces así, tenuemente aplastadas por la melancolía.

5 comentarios:

la vasquita dijo...

Y la melancolía va a aumentar cuando también desaparezca la selva.

Anónimo dijo...

odio la melancolía.

saludos Tacts

La condesa sangrienta dijo...

¿cómo se entiende que el ángel de Benjamin utilice (y mire) Google Earth si le da la espalda al progreso? tendría que haber vuelto "a la casita de los viejos" a pata y haciendo dedo che.

Almirante Margarito dijo...

La vasquita: Vaya, qué apocalíptica, m'hijita. Qué quiere que le diga, por mí que venga una ola que nos tape a todos...

Marine: Yo no, será que nací bajo Saturno.

Condesa: No, el que usó el artificio fui yo. Y de ángel no tengo nada.

Diego dijo...

La pregunta final me recuerda el Juan 1,14 de Borges, puede ser?
Muy bueno el blog, lo voy a estar siguiendo.
Saludos,
Diego.