A contramano de la enorme mayoría de la opinión pública, que se manifiesta muy preocupada por la educación, a mí el tema no podría importarme menos. Y esta nueva inadecuación mía es más grave por el completo altruísmo que expresa el interés de las mayorías por el tema educativo, puesto que están diligentemente dispuestas a reclamar con vehemencia por la educación siempre que esta sea para los demás, ya que por la propia no se han preocupado nunca, o casi nunca, y posiblemente seguirán sin hacerlo. Un interés muy desinteresado, si me permiten la ironía y el abuso del juego de palabras. Es comprensible, dado que la educación es, primero que nada, un esfuerzo. Y, por qué no, una violencia ¿O alguien fue a la escuela por gusto? (Sí, sí, alguno habrá). Todo esto para decir que no voy a escribir esta diatriba porque me importe la educación. No. Esto es un tema personal. Acá se metieron con mis penates, por decirlo de algún modo.
Al grano: En una conferencia sobre cierto Plan de lectura (que el Señor nos ampare)en la Biblioteca Nacional, una funcionaria, después de alabar cierta obra porque entre sus personajes hay un chico de un country y un cartonero, profirió el siguiente enunciado: "¿Por qué nuestros alumnos tienen que leer, por ejemplo, a Conrad??".
Tomemos aire.
Pasemos por alto el vil y mentiroso "por ejemplo".
Tomemos aire nuevamente.
Pudo haber elegido otro autor para despreciar. ¿Pudo? No, tenía que elegir el autor que escribió la frase que, en dos partes, está grabada en el interior del anillo de boda de mi legítima esposa y del mío. Pero también... eligió el autor que puede entrenar a sus "alumnos" en el uso de la ironía, eligió el autor que puede narrar una historia como muy pocos, eligió el autor que puede penetrar tan hondo en el corazón del hombre que da miedo ("The horror, the horror". Remember???). ¿Pero qué significa tal penetración, al fin y al cabo conjetural, en contraste con la obstinada ausencia de cartoneros y niños de country en la vasta obra de Joseph??? (Oportunidades tuvo, el muy testarudo)
Yo creo que nadie -ni siquiera los "alumnos"- TIENE que leer nada. Pero si han de tener que leer, tendrían que leer a Conrad. Sencillamente porque es un escritor de la puta madre. Porque de lo que se trata es de la literatura (¿Estoy siendo muy ingenuo??). Y si me apuran, querida docente argentina, bestia mía, te digo que la literatura puede prescindir del tema. De lo que no puede prescindir es de sí misma. Elegir una obra por su tema, por la extracción social de sus personajes, es de una ridícula limitación, tanto para incluirla en un canon como para excluirla de él. La literatura, si es que eso es lo que nos interesa, es un poquito más que eso. La literatura es otra cosa, querida.
El viernes, en un asado, le conté a Manantial el episodio y él, con su cigarro en una mano y el vaso de vino en la otra, me miró con total tranquilidad y dijo: "Por suerte mis lecturas no dependen de ningún programa".
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8 comentarios:
almirante, las cosas que hay que escuchar! un plan de lectura debe ser como un plan rombo. pobres alumnos tener que cargar con esa maestra! de quién es el libro elogiado, de alguien que escribe tan magistralmente como conrad en el corazón de las tinieblas?
Jajaja, mi hizo reír a carcajadas a las 8am en la oficina, Almirante.
Pena de muerte para el funcionario del ministerio de educación bonaerense que decidió que yo, a los 11 años, TENÍA que leer 'Mi planta de naranja lima', una espantosa novela brasileña que me dejó secuelas traumáticas (del calibre de la muerte de la madre de Bambi).
y tengo muchas ganas de reencontrarme con marlow
Madame: Más qué plan rombo, plan cuadrado.
Y me olvidé de mencionar acaso la virtud más importante de Joseph: es absolutamente en-tre-te-ni-do.
Mer: No sea tan drástica. Lo encerramos a leer Igitur de Mallarmé, por ej. Porque la cárcel debe ser para corregir, no para castigar... En fin...
Madame: Marlow es un gran amigo. Siempre está con uno.
estimado, seré escueto: qué vieja conchuda
Almirante, disculpe, pero me da mucha curiosidad... cuál es la frase de los anillos?
Nadia: No me ofendo para nada, pero le pido que sepa ud. comprender que es algo privado entre mi mujer y yo. De cualquier modo, la frase en sí, fuera de su contexto original, tiene un sentido estrictamente íntimo, sólo para nosotros dos, que sabemos la razón por la que nos representa. No se trata de una máxima, ni nada parecido. Hasta ahí lo que puedo revelar.
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