Mi chica y yo tenemos un provechoso acuerdo que consiste en una sencilla división del trabajo: yo me hago cargo de tratar con las alimañas y ella se encarga de tratar con las personas.
Como todo pacto exitoso, cada uno cree que es el otro el que lleva la peor parte. Es la perfecta simbiosis entre su aracnofobia y mi misantropía.
Aunque no sé si está bien que yo vaya juntando tremenda bola de mal karma por verme en la obligación de dar a las inocentes alimañas el mismo trato que me gustaría administrar a ciertas personas.
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4 comentarios:
Margarito, me alarma... ¿Ud. dónde vive?
La diplomacia es ese arte en el que uno se hace suave y concede, a cambio de otras suavidades y concesiones. El provecho propio es el fin de esa tensión encubierta.
Relájese amigo, a usted sólo le toca matar.
buenísimo tactssss
cómo me gustan los post de este estilo. Pero ud. ya lo sabe.
saluttis
Jack: No se alarme. Para mi chica en la categoría de "alimaña" entran desde una polilla hasta un T-rex.
Infernet: Matar, claro. Una tontería.
Marina: Gracias, Marina. Saludos.
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