El decreto-ley número 9, artículo 2, que emana su serena autoridad desde el prolijo cartel en el interior del bar "A brasileira" de Lisboa merecería haber sido redactado por Macedonio Fernandez. Pero eso es imposible porque es del 2002.
Este bar, dicen, era frecuentado por Pessoa y también por un tal Pereyra, que se pedía siempre su omelette a las finas hierbas.
miércoles, febrero 18, 2009
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1 comentario:
que envidia estar en lisboa, que envidia estar en lisboa, que envidia estar en lisboa
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