Entonces un día, a cinco meses de su llegada a Auschwitz, Primo Levi recordó un canto de la Divina Comedia, recordó a Ulises y recordó el mar. Expresó esa nostalgia con estas palabras que insisten en resonar desde hace días en mi cabeza:
"Dolci cose ferocemente lontane"
(Dulces cosas ferozmente lejanas)
martes, agosto 16, 2005
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14 comentarios:
O, quizás, como decía il Cesare: "De las cosas que queman no queda más que el sol".
Aunque sospecho que sonaría algo peligroso en Auschwitz.
Almirante: dulce, feroz, lejano: exquicito!
saludos
Lejano tan lejano... una mierda, bah, pero...
dos caras de lo profundamente humano.
la cercania de algunas cosas es feroz a veces
O como diría César Vallejo: "jamás tan cerca arremetió lo lejos". Mirá vos, amigo Tazelaar, la resonancia que me hiciste descubrir. Una maravilla. Gracias.
Mamá bambi: hola, tanto tiempo. El sol también era un recuerdo en ese lugar Polonia, según dicen.
Marina: gracias, saludos también.
D del D: gracias por recordarme eso también.
Mirona: Sí, justamente en ese lugar nefasto "donde las máquinas parecían tener más vida que los hombres".
Cuando vuelvo a leer, no puedo no acordarme de Drexler.
ah! eso es mucha mas que lo que yo quise decir!
querido anibal, cada letra qu escribiste va encontra de lo que escribiste, y son muchas letras
este lo disfruté muchísimo pero tengo urgencias de saber más acerca del la experiencia "carnaval carioca" versión LIVE. Gracias.
Es cierto Anibal, la administración del desprecio es una cosa delicada.
Vengo Vengo y siempre siempre Eco Eco...
saludos
¿Fue acá donde leí que "uno es solamente aquello que puede salvar de un naufragio"?
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