viernes, marzo 30, 2007
Falso chamán, man
Anoche con Tazelaar tuvimos otra sesión de lija y whisky, pero el chamán faltó. Acaso se habrá enfermado, si es que los chamanes se enferman como el resto de los mortales. En su puesto de lucha contra el mal frente a los micrófonos había otro, pero no era lo mismo, este se hacía más el doctor y le faltaba la onda y el vértigo de nuestro querido chamán. Sin embargo escuchamos, reverentes, al sanador vicario. El primer llamado fue de Alberto de Goya, Corrientes. El nuevo chamán le sugirió que le jugara al 302 y le reveló al buen correntino que estaba regido por el planeta "Nepturno" (sic), que probablemente sea parecido a Neptuno pero con anillos como Saturno. Después le advirtió que su vecino le había hecho un daño. Le había esparcido tierra de cementerio en su casa y había arrojado sobre su techo "bolsadas de orines". Esto a Tazelaar y a mí nos pareció muy poético, pero no tanto como para no extrañar a nuestro primer chamán. Yo, por mi parte, solo para llevarle la contra al nuevo que recomendó jugarle al 302, le acabo de jugar al 203 a la cabeza. Después les cuento como me fue.
miércoles, marzo 28, 2007
¿Qué se fizo el buen Julián?¿Qué fue de tanto galán?
Vaya esta redondilla en homenaje a un caballero argentino, por si algún día le da por googlearse. ¡Salud!
¿Qué será de Julián Ponce,
el jabalí del oeste?
¿Aún montará en hembra hueste
En algún telo del Once?
¿Qué será de Julián Ponce,
el jabalí del oeste?
¿Aún montará en hembra hueste
En algún telo del Once?
lunes, marzo 26, 2007
La lija o el chamán, man.
-Limpiar de restos de yeso los ladrillos de la bovedilla con un cepillo de acero.
-Lijar todas las vigas.
-Poner protector a los ladrillos.
-Limpiar las vigas con tyner.
-Sacar la pintura descascarada.
-Enduir.
Y lijar, lijar, lijar. Lijar como un pelotudo.
Una vez me dijo Tazelaar algo así: "Si querés ser mejor persona, ponete a lijar paredes". Si eso es cierto, ya debo ser un maldito santo del cielo.
Por suerte conseguí algo de ayuda. El sábado vinieron V., el Trompo y Manantial (aunque él se dedicó exclusivamente a supervisar). Y los jueves a la noche, viene el propio Tazelaar y nos ponemos a lijar hasta la madrugada, tomando whisky del pico y escuchando a un chamán en una Spica que me prestó mi padre. Este jueves el hermanito cacique nosécuánto recomendó a sus oyentes preparar un vaso con agua y tomar tres sorbitos mientras decía unas oraciones. La idea es que eso te ayuda a ganar en los juegos de azar. Nosotros agua no teníamos, así que tomamos tres sorbitos de whisky. Yo le dije a Tazelaar que si con agua funciona, mucho más va a funcionar con "agua de vida", que es la etimología de whisky. Ahora estamos cubiertos por todos lados: o santos o millonarios. Te lo digo, si no nos salva la lija nos salva el chamán.
-Lijar todas las vigas.
-Poner protector a los ladrillos.
-Limpiar las vigas con tyner.
-Sacar la pintura descascarada.
-Enduir.
Y lijar, lijar, lijar. Lijar como un pelotudo.
Una vez me dijo Tazelaar algo así: "Si querés ser mejor persona, ponete a lijar paredes". Si eso es cierto, ya debo ser un maldito santo del cielo.
Por suerte conseguí algo de ayuda. El sábado vinieron V., el Trompo y Manantial (aunque él se dedicó exclusivamente a supervisar). Y los jueves a la noche, viene el propio Tazelaar y nos ponemos a lijar hasta la madrugada, tomando whisky del pico y escuchando a un chamán en una Spica que me prestó mi padre. Este jueves el hermanito cacique nosécuánto recomendó a sus oyentes preparar un vaso con agua y tomar tres sorbitos mientras decía unas oraciones. La idea es que eso te ayuda a ganar en los juegos de azar. Nosotros agua no teníamos, así que tomamos tres sorbitos de whisky. Yo le dije a Tazelaar que si con agua funciona, mucho más va a funcionar con "agua de vida", que es la etimología de whisky. Ahora estamos cubiertos por todos lados: o santos o millonarios. Te lo digo, si no nos salva la lija nos salva el chamán.
viernes, marzo 23, 2007
Par délicatesse j’ai perdu ma vie
Viajar en la ciudad exige muchas energías. El subte D es una caldera y tres de los cinco días hábiles funciona con demora. Los colectivos ya no son lo que eran. Ya no se puede leer en los medios de transporte, que están llenos de charlatanes con celular ¿Tienen tanto para decirse? Salir en auto un día de semana es una empresa imposible (Me pregunto por qué en este país la mayoría de los coches no tienen guiño). Todo es agotador. Y después, encima, trabajar.
Pero lo más agotador es el inútil esfuerzo que dedico a disimular que soy una persona educada. Y es que no puedo hacer otra cosa que intentarlo, aunque sea trágicamente, porque en cuanto se dan cuenta de la terrible verdad, no paran hasta matarte. Puedo jurarlo. ¡Vampiros, vampiros!
Mi abuela me decía: “Si querés que te traten bien, tenés que tratar mal”. Y tenía razón, lo compruebo invariablemente. Pero no puedo, no me sale. Qué pena, no aprendí nada de mi abuela, me iría tanto mejor...
Pero lo más agotador es el inútil esfuerzo que dedico a disimular que soy una persona educada. Y es que no puedo hacer otra cosa que intentarlo, aunque sea trágicamente, porque en cuanto se dan cuenta de la terrible verdad, no paran hasta matarte. Puedo jurarlo. ¡Vampiros, vampiros!
Mi abuela me decía: “Si querés que te traten bien, tenés que tratar mal”. Y tenía razón, lo compruebo invariablemente. Pero no puedo, no me sale. Qué pena, no aprendí nada de mi abuela, me iría tanto mejor...
miércoles, marzo 21, 2007
Metonimias: El bourbon
Si hemos de dar crédito a la versión de Robert Graves, la palabra vino es una metonimia del tipo continente/contenido, porque según él deriva del vocablo cretense oinos que designaba las vasijas en las que solía almacenarse y transportarse la generosa bebida. Lo que sí es cierto es que si yo digo que me tomé un borgoña estoy utilizando una metonimia que alude al producto por su región de origen, aunque puede suceder (y muy a mi pesar es lo más probable) que lo que yo haya tomado haya sido una imitación mendocina de un vino típico de la Bourgogne (Me adelanto a las posibles objeciones de los maestros de retórica y a la plétora de bienaventurados a los que les calza tan bien el verbo inglés to patronize y advierto que cuando digo “metonimia” lo digo en sentido general, es decir que incluyo la sinécdoque.). Algo parecido sucede con el bourbon. En principio, un bourbon es un whisky producido en el condado de Bourbon, llamado así en honor a los borbones y cuya ciudad cabecera se llama Paris. Naturalmente no todo el bourbon que se produce hoy en día proviene de allí. Bourbon designa un tipo de whisky que se produce en cualquier lugar, pero “a la manera de” aquel que solía hacerse en el condado y, por ley, debe estar hecho con 51% de maíz. Mis queridos amigos de Jack Daniels sostienen que lo que sale de sus alambiques en Lynchburg, Tennesse, no es un bourbon, sino un Tennessee whiskey (sic), lo que no quita que se parezca más a un bourbon que a un scotch (Metonimia geográficamente más generosa). Sus argumentos se centran fundamentalmente en el proceso de filtrado en carbón que ellos realizan y que le da al Jack Daniels sus notas ahumadas. Pero yo no dejo de sospechar la presencia de un deseo de distinguirse de los vecinos o acaso de cierto orgullo acompañado de un rigor léxico que los hace tomar la metonimia al pie de la letra: si no está hecho en Bourbon (¡Y ni siquiera en Kentucky!), no es un bourbon. Yo por suerte no tengo esos problemas y te tomo lo mismo Jack Daniels que Jim Beam. Qué me importa si unos lo llaman bourbon y los otros whiskey, si después de clavarme varios vasos yo ni sé quien soy, ni de donde vengo, ni como me llamo. Y eso tampoco me importa. Salud.
lunes, marzo 19, 2007
Manejando por Libertador...
She:-Lo bueno de las despedidas de soltera de las lesbianas es que la torta no tiene que tener forma de pene y todas esas estupideces. Con que tenga forma de torta ya está.
Me:...
Me:...
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Escenas de la vida conyugal
viernes, marzo 16, 2007
sciuscià
Me: -No escuché bien: ¿Querés o necesitás?
She:-Querer o necesitar, en términos de zapatos, es exactamente lo mismo. Ya deberías saberlo a esta altura.
She:-Querer o necesitar, en términos de zapatos, es exactamente lo mismo. Ya deberías saberlo a esta altura.
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Escenas de la vida conyugal
jueves, marzo 15, 2007
martes, marzo 13, 2007
Mi planta de palta, aguacate o avocado.
No debe haber en el mundo semilla más tentadora para sembrar que la de la palta, aguacate o avocado. Ese carozo enorme, esférico y contundente ejerce una fuerza que acaso no es otra cosa que sensualidad, la fuerza por la que la vida se abre camino, a pesar de todo lo que se le opone, empezando por las dificultades de la riesgosa estrategia de la reproducción sexuada. Cada vez que abro una palta extraigo con mucho cuidado la semilla y palpo con los dedos durante unos instantes su fecunda redondez y jamás la tiro a la basura sin una vaga sensación de duelo.
Descubrí la palta, aguacate o avocado, cuando tenía alrededor de diez años en la cocina de mi casa. Todavía no había explotado la revolución gastronómica que rige hoy nuestros paladares (Y mucho menos en el campo). Supongo que hoy en día hasta el gaucho más infeliz ya conoce los secretos del guacamole y ha frecuentado más de un restaurante mexicano. Para mí fue una novedad y mi sorpresa fue mayor cuando pude ver la semilla. Poco rato después estaba en el patio haciendo un pozo desmesurado para enterrarla. Era tan profundo que creo que fue un milagro que brotara, pero mi lógica no era del todo torpe: si la semilla era enorme, el pozo debía serlo también. Por un tiempo me olvidé del asunto, hasta que mi tía abuela Lily descubrió la planta mientras limpiaba los canteros de malezas. “Eso no es un yuyo” me dijo. “No –dije yo- esa es mi palta”. En pocos años el falso yuyo se convirtió en un árbol altísimo y dio muchísimas paltas, aguacates o avocados. Yo a cambio lo regaba, vigilaba los bichos, y cortaba los frutos que se ennegrecían antes de crecer y madurar. Una tarde descubrí una de estas paltas pequeñas y negras en una rama baja. En el momento que estiré mi mano para arrancarla me pareció que se había movido. Incrédulo, me acerqué a mirarla más de cerca. Entonces, lo que yo creía una palta pequeña y reseca desplegó sus alas negras y salió volando. Era un murciélago que había tomado mi árbol para dormir. Su susto debió ser mayor que el mío porque nunca lo volví a ver. Hace ya muchos años que aquella casa se vendió. La compró un vecino, fabricante de pastas, como le père Goriot. Yo no lamenté dejar atrás la habitación de mi infancia, pero sí mi palta, aguacate o avocado. Y si bien nunca lo averigüé, yo sé, en el fondo de mi corazón, que a mi querido árbol me lo acostaron de un hachazo.
jueves, marzo 08, 2007
Suicidas ejemplares: Jan Potocki
Jan Potocki pulió el asa de una tetera de plata y formó con ella una bala. La hizo bendecir por un cura -"por si acaso existiese Dios"- y se voló los sesos.
Hay quien sugiere que el autor del Manuscrito encontrado en Zaragoza temía y sospechaba sufrir de licantropía. Nunca lo sabremos. Potocki era un erudito conde polaco que vivió la época de la revolución francesa -lo llamaban "citoyen comte"- y que viajó incesantemente por Europa y Asia, hasta el límite de China, adonde no pudo ingresar porque el emperador le negó el permiso. Pero lo que encuentro más fascinante de Potocki es su profunda comprensión del corazón del hombre (lo que para muchos, imagino y concedo, no quiere decir nada).
"Veréis por doquier más mal que bien, pero en ningún lado veréis el mal sin mezcla de un poco de bien, y esto debe bastarle al sabio para consolarlo de la vida".
Jan Potocki (1761-1815)
jueves, marzo 01, 2007
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