jueves, abril 03, 2008

El vino triste (o el aire de estos días)

Cómo no tengo ganas de escribir nada, subo la primera estrofa de "Il vino triste" de Cesare Pavese (el del 34, porque escribió otros con ese mismo título).


"La fatica è sedersi senza farsi notare.
Tutto il resto poi viene da sé. Tre sorsate
e ritorna la voglia di pensarci da solo.
Si spalanca uno sfondo di lontani ronzii,
ogni cosa si sperde, e diventa un miracolo
esser nato e guardare il bicchiere. Il lavoro
(l'uomo solo non può non pensare al lavoro)
ridiventa l'antico destino che è bello soffrire
per poterci pensare. Poi gli occhi si fissano
a mezz'aria, dolenti, come fossero ciechi."


"Lo que cuesta es sentarse sin hacerse notar.
Luego, lo demás viene solo. Tres tragos
y regresan las ganas de meditarlo a solas.
Se abre de par en par un fondo de lejanos zumbidos,
todo se desvanece y se vuelve un milagro
haber nacido y contemplar el vaso. El trabajo
(no puede no pensar en el trabajo el hombre solo)
vuelve a ser el antiguo destino que es hermoso sufrir
para poder pensarlo. Después, los ojos miran
al vacío, dolientes, como si fueran ciegos."

(Trad. de Horacio Armani)

8 comentarios:

ann dijo...

por que tan triste????

Anónimo dijo...

Porque es muy lindo, Ann. Y la belleza es tan superior a todo que ya no importa si es triste o alegre.
Almirante Margarito conoce los versos de un poema de Keats, creo, que ilustra esta idea.

ann dijo...

lo se...pero triste.

Adriana Rearte dijo...

La belleza es superior a todo..???

Almirante Margarito dijo...

Anónimo ¿Nos conocemos?
Supongo que se refiere ud. al comienzo del Endymion ("A thing of beauty is a joy for ever" etc.). O acaso a toda la oda a una urna griega. E così via.

Ann: La tristeza, además (y esto también lo sabía Keats) es más gauchita. La felicidad, en cambio, te engaña con cualquiera.

Mrs. France: No lo sé. Antes pensaba que sí. Igual, si tengo que elegir un credo, me quedo con ese.
También te puede pasar como a Rimbaud, que sientes a la belleza sobre tus rodillas y la encuentres amarga.

ann dijo...

sera por eso que muchas veces me refugio en la melancolía????

Anónimo dijo...

Sí que nos conocemos, Almirante. Hace algunos años, en el barrio de Núñez, compartíamos las mañanas con café con leche y unas medialunas gigantes rellenas con jamón y queso. Esos desayunos en su compañía es uno de mis mejores recuerdos de ese lugar.

Almirante Margarito dijo...

Ah caramba, pero qué honor...