jueves, noviembre 24, 2005

Scale

A los 20 perdí la fe, pero me quedaba la dignidad.
A los 24 me enamoré, entonces perdí la dignidad, pero tenía el amor.
A los 27 perdí el amor, sólo me quedaba el cuerpo.

Lo destruí sin fe ni dignidad ni amor.

6 comentarios:

Satamarina dijo...

pero con el cuerpo se puede seguir accionando

reparando la dignidad la fe el amor

yo de fe no se nada igual

Almirante Margarito dijo...

Yo no sé nada de nada, Marina.


Coltrane: Tiene razón. Soy un desmesurado, y ya no queda género que tolere estos énfasis. Me veo en la obligación de estar de acuerdo.

El Trompo Promiscuo dijo...

...y el pelo a que edad fue?

El Alberto dijo...

Es mentira: el soneto, por ejemplo, aún perdura gracias a ese afán hiperbólico...

Almirante Margarito dijo...

Tengo que reconocer que sus sonetos son espléndidos, Alberto.

Le confieso que es un género que practico con una entrega de monje de clausura.

El Alberto dijo...

Faltaba más, Almirante, ¿qué otro género iba a practicar usted, domeñador de la lengua de Petrarca, sino el soneto, eh?